Torre del mar, tú seguirás cantando.
PABLO NERUDA
PABLO NERUDA
Recuerda, Luis Camilo.
Recuerda aquel domingo que llegué a tu casa,
soltero al sol, lleno de voces fáciles,
voces silenciosas, casi de amigos íntimos.
Tal vez el mar se nos quedó muy lejos
(ahogado en algún rincón del mundo)
Recuerda que sentimos al mismo tiempo nuestra
[propia distancia
El mar marino con los hombres cansados de torres
[petroleras.
Torres de acero frío, pero coronado de botas y fusiles.
Las torres petroleras no cantan Luis Camilo.
No pueden cantar.
Escupen, escupen sombra, latigazos que nos llagan el
[alma
No hablamos de pescadores
saliendo de la vida
con grandes canastos llenos
de peces de vela de marinos.
Tan sólo lloramos en silencio,
silenciosamente con vergüenza homicida.
Hoy en el pelo sufres las terribles paredes
donde tu voz y tu familia habitan,
difícil para tus ojos de Porlamar errante,
para tu verso estibador de antiguos camaradas.
Lanza de luz, es tu sonido
gaviota en pie de guerra.
Limonero del mar, hortelano
cantor de vuelo y roce.
Tu corazón, esquila y alborada,
abriendo todos los párpados caídos.
Vivo despellejando el horizonte,
gritando fuertemente
al oído del hombre, al ojo de la tierra:
--¡Este poeta es pulso y sangre enarbolada,
potro crepuscular
viene del mar en llamas y a golpear el viento!
No pasará la muerte mientras siga tu canto
rompiendo todo parque sin luna,
toda mirada triste y escapada
en este golpe de sal a las espigas,
el folletín bancario, llamado "Casas Muertas",
este sueño de cuentos infernales.
Nos abrazaremos en el camino más ancho de Venezuela
y hablaremos de marinos, Marinero.
San Juan de los Morros, 1956
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