I
Cuando escuches la música,
acostúmbrate no arrinconarla.
Mueve el botón del volumen
hasta su última consecuencia
para que corra libremente
y dé palmadas en las paredes
de la casa y de tu corazón.
A veces es doloroso
para los incautos que nos rodean,
pero es necesario, terriblemente necesario,
ajusticiar estos éxodos hambrientos.
II
Recordad, habeis silenciado los pinceles.
Vamos a ver, vamos a ver.
No has hallado modo de penetrar
los terribles y heroicos colores.
Vamos a ver, repetimos, aún es tiempo
de salir al campo y de reír, reír mucho,
firmar carnet de militancia a los crepúsculos.
Decimos estas cosas recordando a Vincent Van Gogh,
el muerto en alaridos, el mutilado por dentro.
Hoy una fecha reciente,
Como quisiéramos estar con Mateo
comentando estas cosa, y ls otras.
III
Yunque y voz de escultor, aquí, presente.
No han llegado todavía.
Hasta luego señores, hay prisa
por llegar al trono de Rimbaud.
IV
Podemos dejar este espacio en blanco,
pero el niño de Francia y Maiakovski
como dos banderas rojas, fijan
carteles de pueblo en las trincheras.
En esta mesa todos los poetas del mundo,
declaremos en vuelo de aeroplano:
¡POESÍA O MUERTE VENCEREMOS!
El poema es una isla: CUBA.
1 comentario:
hola. es la primera vez que visito tu blog y me ha gustado, sigue así. te invito a leer un cuento de mi nuevo libro en http://camisaspadrino.blogspot.com/2009/02/crisis.html.
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